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UMBERTO ECO
Editorial: Lumen Fecha de publicación: 01/12/2011 Páginas: 40CTOS.INFAN
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ENSAYO
Empecemos por el título: ¿por qué Confesiones de un joven novelista si el eximio profesor está a punto de cumplir los ochenta años? Pues porque su estreno como narrador se remonta a 1980, y por lo tanto Umberto Eco puede permitirse el lujo de hablar de juventud en este territorio, y comentar además que le quedan unos cincuenta años de carrera# Así empieza este texto de ensayos, donde el gran intelectual cuenta cómo se acercó a la ficción siendo ya un autor reconocido como gran ensayista, cómo prepara cada una de sus novelas antes de ponerse a escribir, cómo crea sus personajes y la realidad que los rodea. Luego también nos hablará de la buscada ambigüedad en que el escritor se mantiene a veces para que sus lectores se sientan libres de seguir su propio camino en la interpretación de un texto. Y de la ambigüedad pasamos a la definición de los personajes de una novela y a la capacidad de un escritor de manipular las emociones del lector. ¿Por qué en general no lloramos si un amigo nos cuenta que la novia lo ha dejado y en cambio muchos nos emocionamos al leer el episodio de la muerte de Anna Karenina? Finalmente, como broche final, una reflexión sobre la pasión de Eco por las listas, que explica su peculiar manera de ver el mundo. Todo en este texto delicioso son preguntas que Eco plantea y respuestas ingeniosas que él mismo propone, y siempre con ese aire socarrón que lo distingue y convierte una anécdota en una lección de vida.
Valiéndose de las características propias de la novela gótica, la crónica medieval y la novela policíaca, El nombre de la rosa narra las actividades detectivescas de Guillermo de Baskerville para esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina en el año 1327. Le ayudará en su labor el novicio Adso, un hombre joven que se enfrenta por primera vez a las realidades de la vida, más allá de las puertas de su convento. En esta primera y brillante incursión en el mundo de la narrativa, que Umberto Eco llevó a cabo hace ahora treinta años, el lector disfrutará de una trama apasionante y de una admirable reconstrucción de una época especialmente conflictiva de la historia de Occidente.
Novela folletinesca que abarca desde los inicios del siglo XIX hasta los primeros años del siglo XX, narracción histórica y cuento filosófico-político de asuntos actuales, "El cementerio de Praga" es seguramente la mejor novela de Umberto Eco desde El hombre de la rosa-
Estamos en marzo de 1897, en París, espiando desde las primeras páginas de esta magnífica novela a un hombre de sesenta y siete años que escribe sentado a una mesa, en una habitación abarrotada de muebles: he aquí al capitán Simonini, un piamontés afincado en la capital francesa, que desde muy joven se dedica al noble arte de crear documentos falsos.
Hombre de pocas palabras, misógino y glotón impenitente, el capitán se inspira en los folletines de Dumas y Sue para dar fe de complots inexistentes, fomentar intrigas o difamar a las grandes figuras de la política europea. Caballero sin escrúpulos, Simonini trabaja al servicio del mejor postor: si antes fue el gobierno italiano quien pagó por sus imposturas, luego llegaron los encargos de Francia y Prusia, e incluso Hitler acabaría aprovechándose de sus malvados oficios.
Treinta años después de publicar El nombre de la rosa, Umberto Eco vuelve para mostrarnos que en la literatura y en la vida, nada es lo que parece y nadie es quien realmente dice ser: todo es según convenga, y quien triunfa, ahora y siempre, es el rufián que desconfía de todos y se mantiene alerta, aunque no se mueva casi de esa mesa donde lo vimos al principio, cuando quizá no sabíamos que Simonini y los hombres como él aun están aquí, entre nosotros, y han venido para quedarse.
"Una novela donde todos los personajes, excepto el protagonista, existieron realmente. Es más: algunos de ellos están todavía aquí, entre nosotros." (Umberto Eco).
"El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor.
El libro ha superado la prueba del tiempo... Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es."
Umberto Eco
Cultura y Semiótica recoge el texto de la conferencia que Umberto Eco pronunció en el Círculo de Bellas Artes el 19 de mayo de 2009 con motivo de la entrega de la Medalla de Oro de la institución. El libro se completa con una segunda conferencia, «Los límites de la interpretación», pronunciada originalmente en Madrid en 1991, y un lúcido prólogo del semiólogo y catedrático de Teoría General de la Información Jorge Lozano en el que se analizan algunas de las inquietudes teóricas de Eco, en especial su pasión por las listas, su noción de Enciclopedia, los peligros del exceso de memoria y su defensa del trabajo interpretativo como una negociación responsable entre el texto y sus lectores.
«Los textos tienen un sentido, incluso cuando los sentidos son muchos; lo que no puede decirse es que no existe ninguno, o que todos son igualmente buenos. El texto interpretado impone unas restricciones a sus intérpretes. Los límites de la interpretación coinciden con los derechos del texto (lo que no quiere decir que coincidan con los derechos de su autor.» (Umberto Eco)
Una joya en la que el maestro Eco nos lleva de la mano en un paseo por la historia del arte y la literatura de Occidente.
En la Ilíada aparecen dos modos de representación. El primero lo encontramos en la descripción que hace Homero del escudo de Aquiles: se trata de una forma completa y cerrada, en la que Vulcano representó todo lo que él sabía y nosotros, sus guerras y sus costumbres. El otro modo se manifiesta cuando el poeta es incapaz de decir cuántos y quiénes eran todos los guerreros aqueos; pide ayuda a las musas, pero ha de limitarse al llamado «catálogo de las naves», que concluye con un «etcétera».
Este segundo modo de representación es la lista o elenco. Hay listas que tienen fines prácticos y son finitas, como la lista de todos los libros de una biblioteca; hay otras, en cambio, que pretenden sugerir grandezas innumerables y que nos transmiten el vértigo del infinito. Como muestra este libro y la antología que contiene, la historia de la literatura de todos los tiempos -de Hesíodo a Joyce, de Ezequiel a Gadda- es infinitamente rica en listas. A menudo son simples elencos escritos por el mero placer de la enumeración, la eufonía del catálogo o incluso por el afán de reunir elementos entre los que no existe ninguna relación específica, como en las llamadas enumeraciones caóticas.
Este libro pretende algo más que estudiar una forma literaria escasamente analizada; quiere mostrar cómo las artes figurativas son capaces de sugerir elencos, incluso cuando la representación pictórica parece estar rigurosamente limitada por el marco. Así, El vértigo de las listas se convierte en un viaje hacia el infinito de la mano de uno de los intelectuales más apreciados de nuestro tiempo.